ASIMETRÍAS EN LA CONDENA
Mi artículo de ayer sobre la violencia ejercida contra los no nacionalistas y aquellos que la amparan ha recibido alguna réplica. Confieso que lo esperaba. No se trata, claro, de réplicas sobre el fondo de la cuestión sino, digamos, de la asimetría con la que este blog trata unos casos y otros. Rotundidad en la condena de la violencia “ajena” y levedad en la condena de la “propia”, vendría a ser la imputación. Ahora veremos qué significan ambas cosas.
Vaya algo por delante, por si a alguien el cupieren dudas. Un servidor tiene sus prejuicios, sus creencias, sus convicciones y sus manías y, desde luego, no aspira a la objetividad en modo alguno. No tengo el menor interés en recoger aquí otra opinión que la propia y, por consiguiente, tampoco puedo pretender acogerme a autoridad alguna. El debate, si es que se origina, estará más abajo, en los comentarios, absolutamente libres, que puedan hacer tirios y troyanos.
Digamos que suscribo claramente, eso sí, las palabras de Esperanza Aguirre sobre que la moderación es cuestión de forma, que no de fondo y, en este sentido, pretendo que las formas aquí empleadas sean asumibles por todo el mundo. No sé si lo consigo, pero creo que, en general, los artículos de este blog no ahuyentan a las primeras de cambio a quienes piensan diferente, y tampoco se ha convertido en visita obligada –se conoce que por aburrido- para los insultadores profesionales, que caen por aquí sólo muy de tarde en tarde. Me hago a la ilusión de que algo tendrá que ver el estilo, cuando gente elegante sigue pasando por aquí, aunque sea para dejar constancia de su discrepancia sin levantar la voz.
Uno de mis corresponsales se refiere al “pretendido halo de cientifismo” (engañoso, encubridor) que caracteriza a algunas de mis opiniones, y detecta en ellas contradicciones. Aun cuando no precisamente ahí donde quiere él apreciarlas –en el ejemplo que trae a colación- admito la mayor. Este es un blog de opinión (¿puedo decir que “periodístico”?) y no una colección de ensayos de ciencia política. Amén de las posibles concesiones a la retórica, mi forma de ver las cosas está, en efecto, trufada de contradicciones y de aspectos que no tengo claras. Nada más natural, me temo, que se note.
Este largo prólogo era, ni más ni menos, que una forma de aceptación de las críticas formuladas en líneas generales. Ahora bien, me temo que no puedo aceptar la crítica particular que se me desliza: la de mi asimetría en la condena de la violencia. No, no creo que existan una violencia buena ni una violencia mala, y no creo que la gente de izquierdas merezca la sima de los infiernos y la de derechas un pelillos a la mar. No creo que eso se deduzca de los muchos artículos que llevo escritos y me parece injusto afirmarlo.
A lo mejor mis corresponsales quieren ignorar que lo que es asimétrico es, precisamente, la violencia criticada. Desde que yo empecé a escribir esta bitácora allá por finales de 2004, se han vivido en España episodios muy desdichados. Y no, no puedo aceptar, de ninguna manera, que la carga esté equitativamente distribuida, y creo que este juicio puede sostenerse con total independencia de mis personales simpatías o antipatías políticas.
Sale a colación, cómo no, la cadena COPE (de la que, por cierto, servidor es oyente muy de tarde en tarde) y su periodista estrella, Federico Jiménez Losantos. ¿Son violencia sus insultos? ¿Son violencia sus exageraciones? Sin duda, la respuesta ha de ser afirmativa, en ocasiones. Muchas veces, FJL traspasa el límite de lo moralmente lícito, agotando incluso la cuota de demagogia que le corresponde –porque eso parece suceder con los que cada mañana se acercan a un micrófono-. Losantos está recibiendo últimamente estopa por parte de señeros bloggers liberales, entre ellos el director del periódico digital en el que escribo. Baste, a este respecto, decir que comparto la línea adoptada por Manel Gozalbo (hasta ahí podíamos llegar), David Millán y otros. También he escrito algunos artículos críticos con la COPE que, en su día, causaron cierta polémica entre la parroquia habitual.
Pero hay un abismo de diferencia entre unas cosas y otras.
Es habitual acusar a Jiménez Losantos y a sus colegas de la COPE y LD de “incitación” a la violencia. Pero, hasta la fecha, que yo sepa, la incitación se ha quedado en eso, porque nadie ha traspasado ciertas rayas. La violencia “verbal” de FJL puede merecer repudio, pero está por ser la primera vez que, tras una sobredosis de “la Mañana” alguien agarre una tranca y se vaya a reventar sedes del Partido Socialista. Es posible que haya quien se apunte a las teorías conspiranoicas sobre el 11M, pero ninguna sede socialista ha amanecido –salvo en Euskadi y a cargo de los de siempre- cubierta de pintadas. No hay, en Madrid grafittis que recen algo así como “Zapatero, RIP”. Sí los hay, y no pocos, con el nombre de Ángel Acebes, por ejemplo.
No consta que ninguna pareja de octogenarios haya sido increpada por asistir a un mitin o una manifestación izquierdista o nacionalista. Sí consta -a Victoria Prego pongo por testigo- que esto ha ocurrido ayer mismo, en Cataluña, en un mitin del PP.
Federico Jiménez Losantos es un hombre muy influyente, sin duda. Pero no es el secretario de ningún partido político. Y el PP no le ha contratado (muy a su pesar, quizá) para que diseñe lemas. Es posible que FJL llegara a proponer un lema como “No traiciones a tu patria, no votes a Zapatero”, y sería un delirio. Pero ese delirio alcanzaría proporciones gravísimas si alguien, en el PP, se aviniera a adoptarlo y, por toda justificación, afirmara que el líder socialista “se lo ha ganado a pulso”. El Partido de los Socialistas de Cataluña ha hecho exactamente esto que acabo de decir, sin que se sepa quién ha sido la lumbrera proponente: un lema inaceptable, una campaña rastrera y, por toda justificación, un "ellos se lo han buscado".
Aun cuando en la práctica puedan presentársenos amalgamados, indistinguibles, partidos y medios no son la misma cosa. La responsabilidad que compete a unos y a otros no es la misma. No es igual que yo, blogger de a pie, me dedique a montar una cadena de SMS invitando a reventar un acto de alguien que lo haga un responsable político de primer nivel. Por supuesto que mi acto sería condenable, incluso puede que punible, pero no comparable.
¿Hay equivalente en la derecha española al señor Tardá? Muéstreseme un solo ejemplo de un diputado del PP –o de otro partido que no sea el PNV- que haya llegado a los niveles de abyección de este elemento, cuya muy justa inteligencia le lleva a delatarse cada vez que abre la boca. ¿Alguien, ante los comportamientos más intolerables, ha dicho que “demasiado poco” les ha pasado a quienes los padecieron?
Quizá lo que no se quiera ver desde el lado de la izquierda, lo que no se quiera asumir, es esta marcada asimetría. Es posible que algunos estemos más lentos de reflejos a la hora de condenar comportamientos condenables, pero me temo que algunos tienen que empezar a asumir que, en los últimos tiempos, esos comportamientos condenables, al menos en su grado más elevado, vienen a caer predominantemente de un lado o, si se prefiere, son siempre los mismos los que lo padecen.
Vaya algo por delante, por si a alguien el cupieren dudas. Un servidor tiene sus prejuicios, sus creencias, sus convicciones y sus manías y, desde luego, no aspira a la objetividad en modo alguno. No tengo el menor interés en recoger aquí otra opinión que la propia y, por consiguiente, tampoco puedo pretender acogerme a autoridad alguna. El debate, si es que se origina, estará más abajo, en los comentarios, absolutamente libres, que puedan hacer tirios y troyanos.
Digamos que suscribo claramente, eso sí, las palabras de Esperanza Aguirre sobre que la moderación es cuestión de forma, que no de fondo y, en este sentido, pretendo que las formas aquí empleadas sean asumibles por todo el mundo. No sé si lo consigo, pero creo que, en general, los artículos de este blog no ahuyentan a las primeras de cambio a quienes piensan diferente, y tampoco se ha convertido en visita obligada –se conoce que por aburrido- para los insultadores profesionales, que caen por aquí sólo muy de tarde en tarde. Me hago a la ilusión de que algo tendrá que ver el estilo, cuando gente elegante sigue pasando por aquí, aunque sea para dejar constancia de su discrepancia sin levantar la voz.
Uno de mis corresponsales se refiere al “pretendido halo de cientifismo” (engañoso, encubridor) que caracteriza a algunas de mis opiniones, y detecta en ellas contradicciones. Aun cuando no precisamente ahí donde quiere él apreciarlas –en el ejemplo que trae a colación- admito la mayor. Este es un blog de opinión (¿puedo decir que “periodístico”?) y no una colección de ensayos de ciencia política. Amén de las posibles concesiones a la retórica, mi forma de ver las cosas está, en efecto, trufada de contradicciones y de aspectos que no tengo claras. Nada más natural, me temo, que se note.
Este largo prólogo era, ni más ni menos, que una forma de aceptación de las críticas formuladas en líneas generales. Ahora bien, me temo que no puedo aceptar la crítica particular que se me desliza: la de mi asimetría en la condena de la violencia. No, no creo que existan una violencia buena ni una violencia mala, y no creo que la gente de izquierdas merezca la sima de los infiernos y la de derechas un pelillos a la mar. No creo que eso se deduzca de los muchos artículos que llevo escritos y me parece injusto afirmarlo.
A lo mejor mis corresponsales quieren ignorar que lo que es asimétrico es, precisamente, la violencia criticada. Desde que yo empecé a escribir esta bitácora allá por finales de 2004, se han vivido en España episodios muy desdichados. Y no, no puedo aceptar, de ninguna manera, que la carga esté equitativamente distribuida, y creo que este juicio puede sostenerse con total independencia de mis personales simpatías o antipatías políticas.
Sale a colación, cómo no, la cadena COPE (de la que, por cierto, servidor es oyente muy de tarde en tarde) y su periodista estrella, Federico Jiménez Losantos. ¿Son violencia sus insultos? ¿Son violencia sus exageraciones? Sin duda, la respuesta ha de ser afirmativa, en ocasiones. Muchas veces, FJL traspasa el límite de lo moralmente lícito, agotando incluso la cuota de demagogia que le corresponde –porque eso parece suceder con los que cada mañana se acercan a un micrófono-. Losantos está recibiendo últimamente estopa por parte de señeros bloggers liberales, entre ellos el director del periódico digital en el que escribo. Baste, a este respecto, decir que comparto la línea adoptada por Manel Gozalbo (hasta ahí podíamos llegar), David Millán y otros. También he escrito algunos artículos críticos con la COPE que, en su día, causaron cierta polémica entre la parroquia habitual.
Pero hay un abismo de diferencia entre unas cosas y otras.
Es habitual acusar a Jiménez Losantos y a sus colegas de la COPE y LD de “incitación” a la violencia. Pero, hasta la fecha, que yo sepa, la incitación se ha quedado en eso, porque nadie ha traspasado ciertas rayas. La violencia “verbal” de FJL puede merecer repudio, pero está por ser la primera vez que, tras una sobredosis de “la Mañana” alguien agarre una tranca y se vaya a reventar sedes del Partido Socialista. Es posible que haya quien se apunte a las teorías conspiranoicas sobre el 11M, pero ninguna sede socialista ha amanecido –salvo en Euskadi y a cargo de los de siempre- cubierta de pintadas. No hay, en Madrid grafittis que recen algo así como “Zapatero, RIP”. Sí los hay, y no pocos, con el nombre de Ángel Acebes, por ejemplo.
No consta que ninguna pareja de octogenarios haya sido increpada por asistir a un mitin o una manifestación izquierdista o nacionalista. Sí consta -a Victoria Prego pongo por testigo- que esto ha ocurrido ayer mismo, en Cataluña, en un mitin del PP.
Federico Jiménez Losantos es un hombre muy influyente, sin duda. Pero no es el secretario de ningún partido político. Y el PP no le ha contratado (muy a su pesar, quizá) para que diseñe lemas. Es posible que FJL llegara a proponer un lema como “No traiciones a tu patria, no votes a Zapatero”, y sería un delirio. Pero ese delirio alcanzaría proporciones gravísimas si alguien, en el PP, se aviniera a adoptarlo y, por toda justificación, afirmara que el líder socialista “se lo ha ganado a pulso”. El Partido de los Socialistas de Cataluña ha hecho exactamente esto que acabo de decir, sin que se sepa quién ha sido la lumbrera proponente: un lema inaceptable, una campaña rastrera y, por toda justificación, un "ellos se lo han buscado".
Aun cuando en la práctica puedan presentársenos amalgamados, indistinguibles, partidos y medios no son la misma cosa. La responsabilidad que compete a unos y a otros no es la misma. No es igual que yo, blogger de a pie, me dedique a montar una cadena de SMS invitando a reventar un acto de alguien que lo haga un responsable político de primer nivel. Por supuesto que mi acto sería condenable, incluso puede que punible, pero no comparable.
¿Hay equivalente en la derecha española al señor Tardá? Muéstreseme un solo ejemplo de un diputado del PP –o de otro partido que no sea el PNV- que haya llegado a los niveles de abyección de este elemento, cuya muy justa inteligencia le lleva a delatarse cada vez que abre la boca. ¿Alguien, ante los comportamientos más intolerables, ha dicho que “demasiado poco” les ha pasado a quienes los padecieron?
Quizá lo que no se quiera ver desde el lado de la izquierda, lo que no se quiera asumir, es esta marcada asimetría. Es posible que algunos estemos más lentos de reflejos a la hora de condenar comportamientos condenables, pero me temo que algunos tienen que empezar a asumir que, en los últimos tiempos, esos comportamientos condenables, al menos en su grado más elevado, vienen a caer predominantemente de un lado o, si se prefiere, son siempre los mismos los que lo padecen.
3 Comments:
En la civilización del tópico, de la sigla, del SMS, de la noticia simplificada, de la información que cree saber la realidad por sólo describirla externamente, de la saturación informativa que hace imposible retener en el corazón, pensar y consentir, disintiendo o asintiendo, el verdadero ENEMIGO de los ciudadanos es la agresión sin ruidos externos y la ocupación de su morada vital por la propuesta sibilina, por el dato parcialmente verdadero, por la acentuación excesiva, por la noticia acumulada, por la apropiación y fijación del lenguaje desde lo que son intereses de grupo, etnia o clase, a imitación del que “en achaque de meter paz en una pendencia, se va con las capas de los que riñen”.
By Anónimo, at 10:50 p. m.
Me alegro de que mi comentario haya removido alguna conciencia.
Pides un solo ejemplo...pues uno todavía caliente: "el proyecto del Gobierno es el proyecto de ETA" o algo así Acebes dixit hace pocos días. Aparte, sólo como ejemplo, los insultos de Rajoy en el Congreso (bobo, traidor a los muertos,...)
Hay montones de ejemplos.
Respecto a lo de la COPE: es espeluznante leer las transcripciones de lo que se dice por tan cristiana emisora. Lo oyes y no le das la verdadera impoBuscad en Google. Te lo cuentan de Radio Ruanda y no lo crees.
Y que conste que la mayoría de los nacionalistas me parecen unos indeseables. Pero tanto los vascos y catalanes como los que se dicen españolistas.
By Anónimo, at 11:57 p. m.
Bueno, por aquí de nuevo;
Como bien dice nadie discute el fondo de la cuestión, porque es indiscutible, como dice Cary Grant en Arsénico por compasión “No es sólo que sea ilegal, es que además está mal”. Cambiando el orden: la violencia “está mal” y además es ilegal. Podrá usted apreciar que cuando se discute –aquí- es porque se tiene algo que discutir, si bien es cierto que yo he participado a veces en los foros más lamentables a modo de distracción, pero creo que yo y otros [aunque en realidad aquí sólo escribí en lo relacionado con “La España inteligible” -no recuerdo el nombre de la nota de ese día- y creo que, además de esta misma y la antedicha otra vez más solamente] que escribimos aquí discutimos sus comentarios precisamente porque lo merecen, y no, desde luego no es este un blog que llame la atención de los “insultadores profesionales”. Buen síntoma.
La contradicción es “la mayor” y no el ejemplo, es lo demás contra el ejemplo (contra AMBOS ejemplos, y perdón por las mayúsculas).
La última aclaración sería decir que la crítica que se hace a este blog –a usted quiero decir- es que reitera más la crítica a la violencia de unos sobre los otros -que no a “una violencia” sobre “otra”. Reiterar es algo relacionado con la cantidad, no con la calidad, la crítica no es cualitativamente distinta pero sí cuantitativamente –de ser así su blog no “merecería la pena”- y puede prejuzgarse (…), o así lo hicimos algunos, que si esto ocurre así es por algo. Obviamente usted, como todos, tiene sus creencias y todo lo demás y en función de todo ello, incluso inconscientemente, escribe lo que escribe. Empiezo.
El caso es que usted ve una asimetría en el uso de la violencia, es decir, que unos son más violentos que otros, o por mejor decir, que “desde 2004” lo están siendo. Aunque no lo tengo por costumbre seguiré el orden de sus párrafos porque tiendo a perderme en no pocas veces en cosas, que aunque con relación, no es esta tan directa como tratándose de política se hace más adecuado.
Pues bien, el tema de la COPE dije que era “complicado” y ya antes dije, adelantándome a algo así, que yo me referiría sólo a la violencia explícita. Era complicado porque su violencia no es explícita, sí, pero también porque medios y partidos no son lo mismo por mucho que a veces los unos sean la exageración de los otros, es decir, lo mismo pero “en peor”. Es verdad –pero sólo en parte- que quien matan no son las palabras, pero es que tampoco mataron como tales las palabras de Hitler (ejemplo paradigmático donde los haya) y es verdad que aun por razonamientos sencillísimos pudiéramos llegar a establecer una relación lo suficientemente consistente entre la pluma y la espada, es verdad, decía, que esta emisora, quiero decir: Jiménez Losantos no pertenece al PP o no actúa en calidad de dirigente del PP que lo mismo es (quizá sea militante ¿? aunque no creo). Es verdad, también, que no es lo mismo un lema para una cita con las urnas (ni más ni menos que de la que hablamos) que unas palabras como sueltas de un dirigente cualquiera, o aún cualificado, pero hemos oído decir a dirigentes del PP repetidas veces que el Estatuto de Cataluña tenía su origen en Perpignan, y no tanto por Carod Rovira como por Josu Ternera, decir que el “Estatut” estaba “amparado por ETA”, literal, y todo un baúl de perlas tremendas.
La reiteración en declaraciones así –se ve que la COPE la estoy dejando de lado, es mucho peor- usted lo llama demagogia, y quién duda que lo es, pero el daño que causan no es el de un “faltar a la verdad” sin más, va mucho más allá. Considero lamentable el lema de un Maragall a la defensiva –hoy ya no es ni candidato- y constantemente atacado, quiero decir: constantemente atacado y en ese momento concreto más si cabe a la defensiva. De un Maragall que vendió el socialismo catalán que nunca había sido así, y que nunca había ganado (ganó con la “Cataluña social” y la reforma, sí, pero no con lo que luego hemos visto), un Maragall megalómano, enfundado en la armadura de Jaime I o algo por el estilo, una especie de primer President de la futura Catalunya independiente. A saber… Pero con todo creo que no por tener todas esas calidades (lema de un partido en cita como esta) pueda hablarse de nacional-socialismo perdiendo un poco de vista todas las acusaciones de terrorismo que se han venido diciendo, sí, “desde 2004”, estaban implícitas en el Estatut. Y aquí también entran calidades y no cantidades, porque mientras unos dicen “malos” y todo aquello que usted va señalando, los otros dicen “terroristas” que si bien en abstracto quizá sea menos en la realidad actual de España, y del mundo, es mucho más, y son muchas veces –cosa que influye también en la realidad y hablando de líderes políticos/países las más de las veces en mayor medida. Y si a lo uno se le llama demagogia a lo otro también, o eso sería lo justo, y no a lo uno eso y a lo otro “nacional-socialismo”.
Ya decía la otra vez que relacionar en la manera en que aquí se hace “izquierda” y nacionalismo me parece un error, es cierto que a día de hoy el PP los tiene como adversarios a ambos, pero ya decía yo que la mayoría de comportamientos que aquí se señalan parecían más de nacionalistas que de “izquierdistas”, y no porque sean mejores o peores sino porque son más adversos para con el PP. Por otro lado hay un razonamiento muchas veces repetido en estos tiempos y que no deja de asombrarme, eso de “contra el PP están la izquierda y los nacionalismos”, y yo me pregunto, ¿pero hay algo más en este país que el PP, la “izquierda” y los nacionalismos?. Aquí, a diferencia de lo de “mal” y “terrorista” es mejor especificar que dejarlo en general, aquí no hay duda, decir “el PP contra todos” es demasiado duro, quizá sea el PP quien esté equivocado, al menos a veces. En fin, relacionar a unos con otros de la manera en que aquí se hace es desde mi punto de vista un error, porque parto de la base de que la mayoría de las agresiones las hacen los nacionalistas, y nunca se puede establecer este tipo de vínculo, el violento es el que ejerce violencia y nada más. Este argumento puede ser débil, pero tanto lo es suponer que no lo hacen unos como que lo hacen ambos.
Termino que esto va ya muy largo. En definitiva, o follamos todos o pinchamos la muñeca, y respecto de la incitación creo que la goleada es absolutamente aplastante, tanto por medios como por partidos (sin “-s”), de hecho me da toda la sensación de que el PSOE no ha incitado demasiado a la violencia, y tampoco los medios que le van de la mano –vergonzosamente por cierto- y ya digo, sobre las agresiones mismas habría que buscar mejor los sujetos que las perpetran y no sé cuántas sedes del PP fueron atacadas fuera del País Vasco o Cataluña pero no creo que muchas, o muchas más que del PSOE que alguna también le apredearon. La excepción de “las de fuera” estaría entre el 11, o mejor el 12 y el 13 de marzo de 2004, cuando vivíamos en un estado de histeria social bastante grave, y sobre esto no diré más porque cada uno tenemos una opinión sobre lo que pasó, eso sí, una avalada por todos (aunque leía hoy aquí que el Ministerio del Interior estaba podrido, en fin…) en el interior, de la Morena –cargo del PP- Dezcallar, mantenido en el cargo por el PP, y expertos extranjeros y otra investigada por “El Mundo”. Opiniones ambas, pero vamos, pero vamos…
Un saludo
[De la COPE paso de hablar es simplemente escandaloso]
By Fritz, at 1:55 a. m.
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