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domingo, abril 16, 2006

DEMOCRACIA AVANZADA

En la larga entrevista cuya primera parte publica hoy El Mundo, el Presidente del Gobierno vuelve repetidas veces a insistir, directa o indirectamente, en la idea de democracia “avanzada”. Es llamativa su frase –que el diario emplea como frontispicio de la entrevista- de que la derecha “le ha enseñado que es la izquierda la que hace avanzar la democracia”.

Glosar a José Luis Rodríguez Zapatero puede llegar a ser un ejercicio desesperante. Uno, tras la consabida cadena de transposiciones epatantes (“no soy un socialdemócrata sino un demócrata social”) o de otros recursos efectistas que apenas logran mitigar la sospecha de que nos hallamos frente a un político bastante ayuno de lecturas y referencias sólidas –circunstancia que, dicho sea de paso, no hace de él una excepción en una clase política como la nuestra, que no destaca por letrada-, termina por arrojar la toalla, convencido de que no hay, en realidad, nada mínimamente riguroso sobre lo que extenderse.

Y, sin embargo, esta noción del “avance” puede, al final, servirnos como referente para entender al personaje y, por tanto, para atisbar las desdibujadas líneas maestras de su actuar político. Cabría, quizá, definir al Presidente como un circunstancialista, un hombre que parece concebir el panorama como una dinámica caótica en la que todo es posible, pero que conserva un cierto sentido de dirección –avance- además, claro, de una convicción indisimulada de que sólo la izquierda está en posición de aportar cosas positivas.

Siempre según lo recogido por el entrevistador, el Presidente concebiría ese avanzar de la democracia como un proceso de acrecimiento de los derechos de los ciudadanos y limitación del poder de los que tienen más. He ahí una mezcla confusa de ideas, unas válidas y otras no tanto, bastante inquietante.

Es llamativo observar cómo –supongo que en una más de sus múltiples contradicciones que, ya digo, no parecen turbarle lo más mínimo- para presentarse a sí mismo como adalid de la modernidad, Zapatero se nos revela con un bagaje ideológico cargado de ecos de la izquierda más rancia, como un ingeniero social presto a operar sobre el cuerpo de la sociedad para dejarlo mejor y más bonito. Es llamativa su creencia en las capacidades del gobernante para “crear derechos y limitar poderes”.

No hay, en su imaginario político, la más mínima referencia al conjunto tradicional de libertades. Ocupado, como está, en construir una democracia avanzada, parece que la democracia a secas no le preocupa en absoluto. A la vista de esta nueva fe, los liberales nos hemos convertido en algo así como los judíos contemporáneos que, aun tras la venida de Cristo, siguen esperando al Mesías. La Buena Nueva que se ha producido, parece, para todos los demás, es que la democracia ha llegado y habita entre nosotros. Tanto que ya es cuestión de superarla.

Al Presidente del Gobierno no parecen interesarle lo más mínimo los derechos tradicionales y las viejas libertades. Sus antecesores en el cargo nos prometieron “regeneración democrática”, él “democracia avanzada”. Unos y otros parecen ya dar por hecho que la democracia está perfectamente instalada en nuestro país –tanto que le ha dado tiempo a degenerar, incluso-.

Volvemos a lo de siempre. Unos y otros creen tal cosa porque tienen un entendimiento muy estrecho de qué es la democracia y qué significa. Sólo así es posible estar satisfecho con el desarrollo de la democracia en España. ¿Creen, acaso, que la democracia está arraigada y es prefecta sólo porque hay elecciones competitivas y libres cada pocos años? ¿Creen que la sola existencia de las instituciones del Estado de derecho es condición suficiente? Parece que sí, en la medida en que se plantean ya nuevas fases.

Pero la democracia, no nos cansaremos de decirlo, es mucho más que eso. La democracia es un instrumento tutelar, un mecanismo para la más plena efectividad del sistema de libertades. En suma, para garantizar a todos y cada uno de los ciudadanos un elevado grado de certidumbre sobre el comportamiento de los demás. Todo el equilibrio de poderes característico de la democracia tiene ese fin: proporcionar seguridad. Seguridad de que las cosas ocurrirán de modo previsble, de que no habrá desviaciones sobre el plan trazado y que, si las hay, serán corregidas.

Hoy España vive inmersa en una crisis constitucional de graves dimensiones, no tanto por lo que sucede en sí, sino porque se tiene la sensación de que cualquier cosa puede suceder. El ámbito de lo secreto –como decía Norberto Bobbio- no sólo no se ha reducido al mínimo sino que cada vez se hurtan a los ciudadanos más y más claves de lo que sucede. El Poder Judicial es constantemente inquietado, y se da el caso de que algunas sentencias no se cumplen, llegándose al extremo de violentar las leyes para no cumplirlas. Asistimos, en fin, a maniobras tales como la promulgación de legislación ad hoc para tal o cual cosa sin mayor escándalo por parte de nadie.

Nuestra democracia, desde la concepción amplia –y finalista- de la misma, adolece de debilidades tremendamente significativas, que al Presidente del Gobierno le pasan del todo inadvertidas, por la elemental razón de que no entran en su campo de visión político.

El Presidente no ve porque no mira. Porque, en efecto, es un izquierdista ortodoxo que cree, y a pies juntillas, que los Poderes Públicos crean la democracia y, por tanto, la pueden perfeccionar mediante una serie de operaciones más o menos racionales. Sigue imbuido de una ética de la virtud y carece por completo de referencias a una ética de las libertades. A su manera, nos quiere hacer a todos “mejores”.

Porque eso es la democracia “avanzada”. Un sistema “mejor”. Estado proactivo, ciudadanos pasivos. Grey pastoreada hacia un mundo más justo. No, señor Presidente. No somos ovejas que han de ser llevadas a mejores pastos. Somos los accionistas de este país, del que usted es el administrador.

1 Comments:

  • No recuerdo quién dijo aquello de que si Zapatero perdía las primarias en el Psoe se dedicaría a vender coches en León. la verdad es que no lo hubiera hecho nada mal. Es impresionante la capacidad de revestir un montón de idioteces con palabras rimbombantes.
    Sólo una cosa me ha parecido relevante: "muchos quieren un partido de centro, aunqu yo no estaré en él". Al fin lo ha dicho claro.

    By Blogger J.J.Mercado, at 2:42 p. m.  

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