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jueves, enero 05, 2006

LA PORTERA DE CASTELAR

Me parece recordar que, en su biografía de Cánovas del Castillo, el historiador José Luis Comellas cuenta una anécdota, atribuida, creo, a Castelar –a lo mejor me falla la memoria pero, en fin, si non é vero, é ben trovatto-. El político republicano, buen amigo de Cánovas sin perjuicio del obvio disenso de ideas, decía que, si le preguntaban a su portera cuál de los dos presidentes del primer turno prefería, ella respondería sin dudarlo que Sagasta... pese a que casi toda mejora tangible en su nivel de vida se debería a Cánovas.

De hecho, así fue. El riojano tuvo siempre mejor prensa que el malagueño, pero casi todos los avances de la Restauración en campos sonados como el de las libertades o en la cuestión obrera, tuvieron lugar bajo ministerios canovistas, no sagastinos. Hay que decir, además, que Sagasta gozaba más del favor de la Regente.

Vamos, que lo de la buena prensa de la izquierda es tan antiguo como su escasa competencia.

Viene esto a cuento porque, explorando algo más en la encuesta de El Mundo sobre líderes políticos y demás encuentro las respuestas de los encuestados a la pregunta: ¿quién cree usted que gestionaría mejor...? y sigue una larga lista de temas. Invariablemente, los encuestados inclinan sus preferencias a favor de ZP, lo que resulta coherente con lo que parece ser su intención de voto.

De manera coherente, asimismo, el personal da una ventaja poco apreciable al lado socialista... salvo en materia de libertades públicas. En este terreno, los socialistas tienen una no desdeñable ventaja. Con lo cual, queda probada, una vez más, la sabiduría del refranero castellano que aconseja criar fama y echarse a dormir.

No deja de ser paradójico, incluso algo sarcástico que el personal siga apegado a sus binomios de costumbre, como el de izquierda-libertades, justo dos días después de la imposición, bajo égida socialista, de una ley antitabaco draconiana (inciso: yo no fumo, pero, cuando leo que ahora la ministra va a tomarla con el alcohol, no pude evitar acordarme de Bertol Brecht y aquello de “primero vinieron a por los comunistas, pero yo no hice nada, porque no era comunista...”) y, sobre todo cuando, tras la perpetración del mayor atentado que se recuerda contra la libertad de expresión en Europa Occidental, la ley mordaza catalana, se nos anuncia su pronta extensión al conjunto de España.

Se constata, pues, que el prejuicio es mucho más fuerte que la realidad. Los mismos que se creyeron a pies juntillas que las libertades estaban en retroceso con Aznar y repetían una y mil veces las imbecilidades de Willy Toledo (que, por cierto, no pudo estar más inspirado el día que eligió para su grupo el nombre de “Animalario”) y compañía sobre la pérdida de la libertad de expresión (¡!) parecen incapaces de reconocer, ahora sí, un ataque constatable a esa misma libertad. No se trata de una conspiración o de manos negras, sino que está en el Boletín Oficial.

En realidad, si algo no ha merecido nunca, y sigue sin merecer, el socialismo, es el título de defensor de las libertades. Al menos de las individuales, que son las únicas que cuentan. Jamás han creído en ellas y, por tanto, que se erijan en sus defensores es pura hipocresía, pero que la gente se lo crea es, quizá, la mayor mentira que vieron los siglos. La que dura más tiempo, desde el sistema astronómico de Ptolomeo. Al menos, lo de Ptolomeo tenía la chocante coartada de que funcionaba –se crea o no, se navegó siglos basándose en él-. Pero lo de la izquierda es sumamente fácil de refutar.

Lo que acabo de decir suscitará en los lectores de izquierda, o en muchos de ellos, el automatismo crítico habitual, es decir “y la derecha, más”. Bien, será la respuesta correcta, posiblemente, a la pregunta equivocada, porque no pretendo afirmar, exactamente, que la derecha tenga mejor historial –desde luego, en lo tocante a la democracia española, sí, sin duda- sino que la izquierda no merece, en absoluto, el que se le atribuye.

Cuán poderosas son, sin duda, las confusiones y las extensiones indebidas de concepto. Si alguien grita “¡muera el zar!”, por ejemplo, no está diciendo “¡viva la democracia!”. Simplemente, le desea al zar una corta existencia. Quien concluya que una cosa lleva a la otra, me temo, está poniendo mucho de su propia cosecha. Pues bien, esta absurda forma de razonamiento es sumamente habitual cuando de la izquierda se trata. Tradicionalmente, la izquierda ha pasado mucho más tiempo en la oposición a regímenes que dirigiéndolos –hablo del Occidente, claro-. Algunos de esos regímenes eran abiertamente autoritarios, como el Franquismo español. Pero el mero hecho de oponerse a un régimen autoritario no convierte a nadie en defensor de las libertades, de la misma manera que Sagasta era Sagasta, no el anticánovas.

No acrisolamos, en general, porque sí, tantas virtudes como nuestros oponentes defectos. Por eso, lo correcto es evaluar a cada uno por sus hechos. Y los hechos del socialismo español van de la patada en la puerta a la ley mordaza, por lo menos, últimamente.

Así que, o bien los encuestadores preguntaron a los herederos de la portera de Castelar, o el personal anda un poco desenfocado.

3 Comments:

  • ¡Y dale, que no es de Bertold Bretch! Es de Martin Niemoller..

    By Anonymous Anónimo, at 1:20 p. m.  

  • Ok. Gracias por la aclaración. Prometo tenerlo en cuenta para próximas citas, porque esta es muy socorrida.

    By Blogger FMH, at 2:01 p. m.  

  • ¡Anda¡pués yo también atribuía la cita a Brecht.Me temo que esto se debe a no beber en fuente original.
    A rectificar tocan.
    Y otra cosa. Me parece una buena analogía la traída hoy colacción y es más, el convencimiento que muestran los Pepe Blanco y col. sobre su capacidad de remontar o aún estar a tiempo de remontar las encuestas aboga a su favor.
    Resultan indudables maestros en eso de la propaganda. La inventaron ellos y la practican sin escrúpulos, sin culpas, con el convecimiento de su utópica finalidad. Y claro que no han casi gobernado y donde lo han hecho después de tratar de repartir el poco chocolate existente acaban matando de hambre a los subditos neocreados.
    Y no seré yo quien diga que no puedan ser útiles espoletas de conciencias dormidas pero de ahí ha dejarles la vara de mando hay un largo trecho.
    Hay que trabajar la información y la propaganda. Es el método. Estoy convencido que Federico lo ha comprendido así y ellos se han dado cuenta.
    Rolan

    By Anonymous Anónimo, at 7:06 p. m.  

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