FERBLOG

viernes, diciembre 30, 2005

UN BALANCE DE 2005

El año que se cierra culmina con el cumplimiento de los peores presagios. El Gobierno de España no sólo no se ha enmendado, corroborando lo que ya se sabía el 1 de enero, o sea que es malo de solemnidad, sino que apunta maneras espantosamente antidemocráticas.

La situación se vuelve más complicada por momentos. No es ya que nos encontremos frente a un Ejecutivo que, de puro patoso, podría tener hasta gracia. Desde luego, es así. Sólo la robustez de la economía alivia la penuria de un cuadro en el que, una vez más, descuella, por lo patética, la acción exterior. Dicen que en los asuntos exteriores brilla el estado en majestad, es la política estatal por excelencia y no en vano en muchos países el ministerio del ramo se llama “de estado”. Pues bien, la capacidad de hacer el ridículo en esta materia también se ve revestida de solemnidad. Es un ridículo de estado.

Pero no, insisto, ya no es que estemos ante una colección de gracietas más o menos extemporáneas o políticas del tres al cuarto. Estamos ante un Gobierno carente de la más elemental sensibilidad para con las libertades. Lo que está sucediendo es gravísimo, y algunos parecen no querer darse cuenta.

Es ahora cuando la mafia paniaguada de los actores, pseudointelectuales y demás ralea –esos que, en la próxima gala de los Goya volverán, chorreando baba, a exigir recursos para premiar su inmenso talento, al tiempo que soslayan que el producto nacional que hace furor es “Torrente III”- debería apreciar un “retroceso en las libertades”. La patulea de payasos que llegaron a apreciar un regreso al franquismo en la etapa aznarista quizá deberían reaccionar ahora que vuelve un genuino producto de la época: la censura administrativa.

Empieza a ser demasiado hasta para el diario El País que, día sí, día también, se ve obligado a lanzar alguna que otra pullita. Con la tibieza marca de la casa, sí, y dando una de cal y otra de arena. Pero ¿es que cabe defender que la administración pretenda arrogarse la posibilidad de calificar de “veraz” una información y pretender al tiempo que se vive en un estado de derecho? Demasiado, incluso, para la legión de demagogos de plantilla.

No saben lo que son las libertades, no lo han sabido nunca y no les interesa nada saberlo. Si, hasta ahora, han ido disimulando ha sido, sencillamente, porque no han tenido quien les hiciera frente, salvo algún que otro juez –y con estos ya ajustarán cuentas algún día.

Porque la buena noticia del año 2005, la mejor noticia para la democracia, es que, esta vez, media España se niega a desaparecer. Hay mucha gente que piensa de otra manera, y se les oye.

De entrada, la oposición parlamentaria, el PP no sólo no se ha hundido sino que, tibiamente, empieza, por primera vez, a cuajar un discurso verdaderamente político, abandonando nociones pseudocentristas (nosotros gestionamos mejor) por ideas sustantivas. El PP no presume ya, sólo, de habilidades administrativas, sino que se reivindica como defensor de la igualdad, de la unidad y la solidaridad entre españoles, de las libertades individuales y del modelo de estado que hoy vivimos. Quien, como César Alonso de los Ríos, se empeñe en que no existe aún una alternativa, o bien espera milagros de los políticos partidarios o se niega a ver lo que hay. Mariano Rajoy quizá no sea el gran líder que España está esperando, pero, sin duda, mañana mismo sería capaz de montar un gobierno digno de tal nombre y, sobre todo, con cuatro o cinco ideas meridianamente claras – lo que en estos tiempos y en este país es todo un capital.

Por supuesto, está la labor de los medios no adictos, que tampoco se resignan al papel marginal de los primeros ochenta. En esos medios, claro, habrá de todo, desde demagogia genuina –y ya es algo que la demagogia no venga siempre del mismo lado- hasta opiniones muy bien fundamentadas, y que hacen mucho daño. Es, por supuesto, falso que todos esos medios sean extremistas. Me atrevería a decir que incluso los más duros en las formas se ventilarían muy bien ante un tribunal de justicia –quizá por eso nadie les denuncia-. Por desgracia para algunos, me temo que son de lo más veraces. Desde aquí hay que reconocer a quien, con multitud de defectos, no ceja en su empeño de hacerle la vida algo menos cómoda al poderoso, sea buscando agujeros en las tesis oficiales sobre el 11M (queremos saber, ¿recuerdan?) o encontrando fragatas... en el Golfo Pérsico (que, por cierto, es su sitio, aunque la imbecilidad y la hipocresía de algunos impidan a los militares españoles proclamar con orgullo las muestras de su competencia, que sólo dejan de reconocerse en España – bien por la Armada y por su solvencia a la hora de cumplir con sus tareas).

Y, por qué no, también están los nuevos medios libres. Los blogs, los periódicos ciudadanos.... Algo impensable hace unos años y que ha dado lugar, en la red, a fuertes corrientes de opinión. Un fenómeno con claroscuros, un fenómeno complejo, pero apasionante en todo caso.

Se entiende porque detestan la libertad. Porque su supervivencia exige sociedades anestesiadas. Fuera de su medio natural, de monopolio basado, entre otras cosas, en la autocensura voluntaria de los discrepantes, se ahogan como un pez fuera del agua.

Esta es la gran noticia del 2005. Es aún pronto, y es aún algo tibio, pero existe un desafío real a la hegemonía de la izquierda, que vive un escenario insólito. Sus reacciones son las reacciones de la perplejidad. Ha empezado a caer la última excepción española. Dejará de haber Pirineos el día en que la izquierda se vea obligada, por fin, a dar explicaciones racionales.

Nada pueden temer más, porque, como sus homólogas en el resto de Europa, nada tienen que explicar, ya que nada tienen, realmente, que decir. Sólo la extraña realidad española permite este modelo de izquierda triunfante y segura de sí. En todos los demás países europeos, han de jugar al contragople, esperar a su Berlusconi. Algo que les dé una oportunidad que las ideas les niegan.

Hay que entenderles, luchan por su supervivencia, aunque muchos de ellos ni siquiera lo sepan.

3 Comments:

  • Yo creo que Mariano Rajoy lo hace bastante bien, en líneas generales. Tiene un discurso sólido y coherente.

    Si comparamos la oposición que hace Rajoy con la que hacían Fraga, Hernández Mancha, Herrero de Miñón, o el propio Aznar (que fue mejor gobernante que opositor, a mi juicio) creo que supera con creces a todos ellos. Por otra parte, ¿acaso era mejor ZP haciendo oposición: declaraciones huecas, voz engolada, apuntarse a cualquier pancarta...?

    By Anonymous Anónimo, at 11:04 a. m.  

  • Bravo, Fer, eres una magnífica pluma y es un deleite seguirte.

    By Anonymous Anónimo, at 1:22 p. m.  

  • Muchas gracias, amigo anónimo. Eres muy amable.

    By Blogger FMH, at 3:42 p. m.  

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