FERBLOG

miércoles, agosto 31, 2005

"RACA, RACA..."

Ya está la prensa de Madrid -qué fijación, oye- tomándola con Juanjo y su "raca, raca..." (patentado a medias por él y a medias por Peridis). Otra vez rasgándose las vestiduras, todo porque Juanjo sigue a lo suyo. Sólo se conoce un caso similar de manía persecutoria, que es el de Carod Rovira. Y es que parece que en Madrid lo que cabrea es la gente sincera. Si dices lo que piensas, la lías. La sinceridad se lleva muy mal, y por eso hay quien dice que es de mala educación. Ya lo decía Quevedo, aquello del "¿nunca se ha de decir lo que se siente...?".

Mal que nos pese, la actitud no puede ser más estúpida. Imagínense ustedes que son el entrenador de un equipo de fútbol con la banda derecha hecha un coladero. Una aciaga tarde de domingo, el delantero contrario se pasa el partido entrando a placer, banda arriba, banda abajo, como Pedro por su casa. Somanta de pases y goles (ocasiones de peligro, que se dice ahora). ¿Irían ustedes al entrenador del equipo contrario a exigirle que retirara a su bravo delantero? Intuyo que no. A nadie se le ocurriría semejante cosa. Lo indicado es, más bien, una buena sesión de psicología con nuestra propia defensa - ponerles a parir, que se decía antes de que Valdano revolucionara todo esto.

No es problema de Juanjo el que alguien nos haya hecho creer que las cosas en Euskadi estaban cambiando. Él ha perdido diputados, sí, pero me concederán que la lectura de la correlación de fuerzas en la Cámara de Vitoria no da para muchas alegrías. Juanjo, por tanto, persevera y sigue en lo suyo. Es cierto que algunos de sus muchachos optaron por quedarse en casa, pero eso no es una buena noticia, sino todo lo contrario -desde nuestro punto de vista, digo- porque por cada tibio que se queda viendo la tele, hay al menos uno al que el plan se le queda corto y pide que se mejore. O eso dice la aritmética.

Va a hablar con Batasuna. Pues sí, ¿qué pasa? Si los de Batasuna se hablan ahora con las mejores familias. De aquí a nada, no hay fiesta que se precie sin Otegi o Permach -casi prefiero al primero, que parece más jocoso-. Hoy por hoy, estos muchachos prestigian cualquier casa bien. Al fin y al cabo, cuando las cosas eran como debían ser y se veraneaba en San Sebastián, la calidad de uno venía dada por sus relaciones. ¿Alguien se atreve a decir que estos muchachos están mal relacionados? Es verdad que frecuentan algunas amistades peligrosas, pero no es menos cierto que hay mucha gente fetén que parece estar loca porque se las presenten.

No es Juanjo el que ha tomado la iniciativa. En realidad, lo que Juanjo quiere es no quedarse fuera de juego. Y esto es ya el "más difícil todavía". El zapaterismo es lo que tiene. Que se lo digan a Artur Mas, que el día que se puso a hacer su campaña electoral se encontró con que todo lo promisble ya lo había prometido Maragall... con los votos de los emigrantes. Comprenderán ustedes que, ante semejante cintura política, se impone la audacia.

¿A qué demonios estamos jugando? Menos mal que Juanjo siempre está en su sitio. Por un momento, pensé que me estaba perdiendo el partido.