FERBLOG

lunes, enero 10, 2005

MÁS RAZONES PARA UN NO

Hace unos días exponía algunas razones para votar no a la Constitución Europea. En el tiempo transcurrido, me he reafirmado en mi determinación. Ahí van otras pocas:

El pensamiento único insiste en definir la Unión Europea como un espacio “ultraliberal”. Mentira. La UE es esencialmente el bastión de la socialdemocracia y la democracia cristiana –los socialistas de todos los partidos, que decía Hayek-. De hecho, casi todo lo bueno que la UE ha producido viene de la denostada “Europa de los mercaderes”. Ésa es la Europa de la libertad de circulación de personas, bienes y capitales y la de la ausencia de fronteras. Pero esa es la excepción que confirma la regla. La UE, además de comportarse como una isla de proteccionismo en el mundo a través de esa aberración denominada PAC –que, a cambio de mantener orondos a los José Bové de turno, limita las legítimas capacidades de competencia de muchos países menos desarrollados- es abanderada de políticas caracterizadas por el menoscabo del derecho del ser humano al producto de su trabajo.

Las grandes naciones Europeas, básicamente Francia y Alemania son estados prepotentes que desprecian los pactos y no juzgan oportuno someterse a las mismas reglas que todos. Por eso reventó el Pacto de Estabilidad. La Constitución Europea supone un cambio de las reglas del juego que perjudica a países que, como Polonia, ni siquiera han podido empezar la partida y a los que nadie se molesta en defender. Aunque en países como España esto no se entienda bien, la seguridad jurídica es un valor. Los grandes estados, que salen beneficiados ahora, han demostrado cuánto les importan los derechos que, pomposamente, juridifican ahora .

La UE es el templo mundial del pensamiento débil. No está inspirada por principios sólidos ni esta Constitución va a contribuir a que los tenga, porque, en estos momentos, está dirigida por una generación de políticos nihilistas, incapaces de llegar a la altura de los estadistas de otro tiempo. ¿Merece esta gente el aval moral de un sí? Vaya por delante que tampoco es sensato esperar una reflexión profunda de un “no”; precisamente por su falta de altura moral, es más que probable que esto señores interpretaran un voto negativo como un pequeño contratiempo. Al menos, que se tomen la molestia de repetir la consulta hasta que salga positiva, que no será la primera vez.

Por último, por el momento, nuestro gobierno ha iniciado una campaña que es a un tiempo promotora del referéndum y promotora del sí –más de lo segundo que de lo primero, porque está claro que buscan un sí absolutamente acrítico-. Esto, además de rozar peligrosamente los límites de la legislación electoral, es una tremenda falta de respeto a los pocos que queremos votar “no”. El hecho de que los dos grandes partidos estén de acuerdo en el voto afirmativo no les legitima para poner toda la maquinaria del Estado al servicio de su causa, sobre todo cuando ponen tan poca disposición a ponerla al servicio de causas mejores.

Insisto; me importa muy poco coincidir en el campo del “no” con indeseables de toda clase. Por desgracia, los monosílabos son poco ricos en matices y no pueden explicarse las diferencias, pero si a un monosílabo hay que atenerse, ése será “no”. Por otra parte, no deja de ser chocante que llamen la atención sobre la coincidencia de los partidarios del “no” con indeseables un día de febrero los que, todos los días del año, hozan con ellos con evidente frenesí. A ver si va a resultar, a estas alturas, que le tizna a uno coincidir con Carod-Rovira. Para una vez que me iba a poder sentir progresista...