QUIERO UNA EXPLICACIÓN
Reconozco que el asunto me desespera. Es lo que más me desespera de todo. Mucho más que cualquier otra cosa. Si algo me conduce a pensar que este país no merece la pena, es esto.
Veamos. Me precio de conocer gente de sensibilidades políticas muy diferentes, profesionales de la educación incluidos. Pues bien, nadie, absolutamente nadie de entre toda esa gente variopinta, puede entender, y menos defender, que un estudiante de Bachillerato pueda pasar de curso con cuatro asignaturas suspensas y, encima, toda una catedrática (inciso: quizá ésa sea una posible explicación, que el sistema que permite que ciertas personas lleguen a catedráticos está podrido de raíz) lo presente como una medida paliativa del fracaso escolar.
Nadie. Insisto. Nadie. ¿Dónde está, pues, la explicación?
Una posible explicación es que el Gobierno se propone, mediante semejante método, la fórmula más imbécil jamás vista para acabar con el fracaso escolar o, al menos situarlo en límites aceptables para la Comisión Europea. Me niego, me niego a aceptar que el Ejecutivo esté poblado de seres al tiempo tan estúpidos y tan mal nacidos.
Una segunda, más plausible es, sencillamente, que nadie se ha tomado el interés de desterrar del ministerio de Educación a la legión de termitas ideológicas que lo infestan y que no pararán hasta que logren un sistema verdaderamente igualitario: todos ignorantes de todo. El Ejecutivo es, claro, responsable. Responsable por permitir que se siga jugando con lo más sagrado y con lo más importante.
Por una vez, no obstante, no quiero comentar nada. No quiero comentar nada porque ya está todo comentado. Quiero preguntar. Contésteme quien quiera contestarme. Exijo una explicación.
Exijo –y la pregunta va dirigida, especialmente, a mis comentaristas habituales de izquierda- que me digan por qué. Exijo que me expliquen cómo es posible que continúe esta burla. Exijo que me digan si apoyan o no esta política educativa.
Tiene que haber una razón. Si alguien cree, de veras, que la situación de la educación en España es correcta y que las medidas gubernamentales son acertadas, que tenga la amabilidad de decirlo. Y que explique por qué.
O bien, que tengan la decencia de decir que todo esto les importa un carajo, y que votarán socialista pase lo que pase.
Veamos. Me precio de conocer gente de sensibilidades políticas muy diferentes, profesionales de la educación incluidos. Pues bien, nadie, absolutamente nadie de entre toda esa gente variopinta, puede entender, y menos defender, que un estudiante de Bachillerato pueda pasar de curso con cuatro asignaturas suspensas y, encima, toda una catedrática (inciso: quizá ésa sea una posible explicación, que el sistema que permite que ciertas personas lleguen a catedráticos está podrido de raíz) lo presente como una medida paliativa del fracaso escolar.
Nadie. Insisto. Nadie. ¿Dónde está, pues, la explicación?
Una posible explicación es que el Gobierno se propone, mediante semejante método, la fórmula más imbécil jamás vista para acabar con el fracaso escolar o, al menos situarlo en límites aceptables para la Comisión Europea. Me niego, me niego a aceptar que el Ejecutivo esté poblado de seres al tiempo tan estúpidos y tan mal nacidos.
Una segunda, más plausible es, sencillamente, que nadie se ha tomado el interés de desterrar del ministerio de Educación a la legión de termitas ideológicas que lo infestan y que no pararán hasta que logren un sistema verdaderamente igualitario: todos ignorantes de todo. El Ejecutivo es, claro, responsable. Responsable por permitir que se siga jugando con lo más sagrado y con lo más importante.
Por una vez, no obstante, no quiero comentar nada. No quiero comentar nada porque ya está todo comentado. Quiero preguntar. Contésteme quien quiera contestarme. Exijo una explicación.
Exijo –y la pregunta va dirigida, especialmente, a mis comentaristas habituales de izquierda- que me digan por qué. Exijo que me expliquen cómo es posible que continúe esta burla. Exijo que me digan si apoyan o no esta política educativa.
Tiene que haber una razón. Si alguien cree, de veras, que la situación de la educación en España es correcta y que las medidas gubernamentales son acertadas, que tenga la amabilidad de decirlo. Y que explique por qué.
O bien, que tengan la decencia de decir que todo esto les importa un carajo, y que votarán socialista pase lo que pase.
2 Comments:
Me tomaré la exigencia como un ruego pues no siento obligación alguna :P
No entiendo la medida ni la comparto y, por lo demás, casi seguro no votaré socialista o, simplemente, no votaré (¿en blanco?, veremos; supongo).
Lo necesario (y quimérico) es una reforma del sistema de partidos, que aparezcan unos nuevos fuera de la utopía, la demagogia, el populismo, el catastrofismo o todas estas cosas. Lo no menos quimérico es que Zapatero haga como hizo Blair, gane y al poco tiempo deje paso a alguien que tenga algo de eso que se llama sentido común, aunque lo acusen de "haber traicionado a la izquierda".
El PSOE, para mí, ni es izquierda ni es viable, pero vamos, aceptando sin que se me caigan los anillos aquello de "la izquierda realmente existente" digo, bien, bienvenidas serán las acusaciones de "traición a la izquierda" porque esto no es viable.
Saludos
By Fritz, at 6:45 p. m.
Amigo Fritz:
En efecto, la "exigencia" tenía bastante de retórica. "Ruego indignado" hubiera sido más apropiado.
Y el guante se dirigía a quien, de veras, entienda la medida, o crea entenderla, si es que lo hay y tiene a bien compartir sus razones con nosotros.
Comparto sus juicios acerca de la necesidad (y lo quimérico) de las reformas. Y créame que, desde otras latitudes, deseo fervientemente que exista alguien en el PSOE con "eso" que se llama sentido común y que ese alguien sea capaz de imponerse.
En efecto, es quimérico. Y lo será mientras, haga lo que haga, como dice Pepiño Blanco, el suelo electoral del PSOE coincida con el techo del PP.
Me remito a mi post de ayer. Si la gente sensata de izquierda, que la hay, desea que el sentido común vuelva a aparecer por ese lado del campo, deberá tomar medidas. Algunas puede que dolorosas, pero con toda probabilidad beneficiosas a largo plazo.
Para todos.
By FMH, at 7:12 p. m.
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