HACIA LA CODA
Cuando José Luis, el Esdrújulo, cambie la amenidad asturiana por el rigor mesetario, se enfrentará a la –ya sí, ya no es jugar a profeta- coda de su primera legislatura como Presidente del Gobierno. Cábalas sobre la fecha de los comicios aparte, la verdad es que la legislatura muere en diciembre porque, de todas, todas, la Cortes cerrarán para las vacaciones de Navidad y ya no se volverán a abrir.
Es verdad que no existe, o no debería existir, identidad entre gobernar y legislar. Pero el enrarecimiento que, en todas partes, caracteriza a la democracia, ha terminado por hacer que ambas cosas sean razonablemente sinónimas. Al menos, puede afirmarse que los gobiernos del mundo cuentan sus triunfos por hitos legislativos (sobre este interesante tema, el que la ley haya devenido instrumento ordinario de la gobernación, hablaremos otro día, porque tiene miga). En resumidas cuentas, lo que quiero decir es que la legislatura, en sentido positivo, es decir, como período para desplegar una agenda política, está muerta. Hace algún tiempo que lo está.
Es probable que nuestro Esdrújulo, atendiendo a esta realidad, hubiera dado por finiquitado el período hace algunos meses, de no ser porque no ha logrado salir de los berenjenales en que se ha metido. En efecto, el Gobierno anda, aún, pendiente de dos variables imprescindibles: la sentencia del Tribunal Constitucional y, por desgracia, ETA.
En cuanto a lo segundo –y ya que la banda criminal ha empezado a mostrar sus intenciones con meridiana claridad- no deberían caber dudas en torno a qué cabe esperar de la Bestia. Por desgracia, sí está por ver cómo se traduce eso en el debate político. Ayer mismo, Carlos Martínez-Gorriarán, en Tercera de ABC, afirmaba que la reaparición de ETA no puede ser capitalizada ni por tirios ni por troyanos. Entiéndase –y he aquí lo lamentable- no porque no lo intenten, sino porque no pueden. Porque ambos han cometido errores que conducen los respectivos discursos políticos a callejones sin salida. Pero está por ver cuál puede ser la reacción de la opinión pública ante una nueva etapa de sufrimiento.
Menos asco, desde luego, da hablar sobre el segundo asunto: el Tribunal Constitucional y sus sentencias sobre el Estatuto Catalán (digo sentencias, en plural, porque la pasmosa decisión de no acumular recursos habrá de implicar más de una). El Gobierno necesita una sentencia con la que pueda vivir políticamente... y, con toda probabilidad, la tendrá. Personalmente, apuesto a que el TC despachará el asunto con una sentencia interpretativa –que, quizá, dado el estado en que salió de las Cortes el texto, sea lo que proceda en Derecho-. A efectos políticos, esto quiere decir una sentencia dura en el fondo, pero suave en la forma. Para domeñar el Estatuto, no se precisan tanto declaraciones grandilocuentes como fórmulas prácticas.
El escenario ideal para el Gobierno –en rigor, para ambos gobiernos, el de Madrid y el de Barcelona-, de hecho, es ése, el de una sentencia que, sin afirmaciones rotundas, rebaje, en la práctica, el tremendo potencial disruptivo que caracteriza a ese estatuto (este tema también nos llevaría a otro debate, así que dejémoslo ahí, por hoy). Ya digo que es el escenario más probable, a mi juicio, pero también aquí habrá que esperar.
La consigna, no obstante, parece clara: hacer como que se hace. Dar por hecho que se va a ganar y, por tanto, ir presentando proyectos como si el Zapaterato fuese a durar mil años.
¿Y el PP? Las encuestas dicen que a la par. Pero, al menos, a mí me da la sensación de que afronta el último acto en situación de debilidad. Y no sólo por la inestimable colaboración de ese repelente niño Vicente de la política que atiende por Alberto y algunos otros. Desconozco qué reflexiones habrán ocupado la cabeza de Rajoy en las semanas de descanso estival, pero, inteligente como es, debería estar preocupado –aunque, a veces, da también la sensación de que, como en un “pase de mí este cáliz” lo que desea es que el baile acabe cuanto antes.
Por mucho que una derrota electoral sea siempre traumática, en especial cuando sobreviene estando en el poder, y dé lugar a una muy explicable pájara, no se alcanza a comprender cómo un gobierno menesteroso, intelectualmente nulo, al que es imposible adivinar ninguna línea coherente de política y cuyas principales iniciativas fracasan de modo rotundo, consigue aguantar tan bien el tipo.
Pero lo cierto es que hoy, de nuevo, el escenario probable es que, sin demasiado confort, eso es verdad, José Luis repita magistratura. Lo que debe esperar de la coda de esta legislatura esperpéntica es, por tanto, y sencillamente, que las cosas no empeoren. Nos quedan, es verdad, los “meses basura”; pero se trata de unos meses fundamentales, básicos para apuntalar una calma de tente mientras cobro. Y lo que tenga que reventar, que lo haga el próximo verano.
Es verdad que no existe, o no debería existir, identidad entre gobernar y legislar. Pero el enrarecimiento que, en todas partes, caracteriza a la democracia, ha terminado por hacer que ambas cosas sean razonablemente sinónimas. Al menos, puede afirmarse que los gobiernos del mundo cuentan sus triunfos por hitos legislativos (sobre este interesante tema, el que la ley haya devenido instrumento ordinario de la gobernación, hablaremos otro día, porque tiene miga). En resumidas cuentas, lo que quiero decir es que la legislatura, en sentido positivo, es decir, como período para desplegar una agenda política, está muerta. Hace algún tiempo que lo está.
Es probable que nuestro Esdrújulo, atendiendo a esta realidad, hubiera dado por finiquitado el período hace algunos meses, de no ser porque no ha logrado salir de los berenjenales en que se ha metido. En efecto, el Gobierno anda, aún, pendiente de dos variables imprescindibles: la sentencia del Tribunal Constitucional y, por desgracia, ETA.
En cuanto a lo segundo –y ya que la banda criminal ha empezado a mostrar sus intenciones con meridiana claridad- no deberían caber dudas en torno a qué cabe esperar de la Bestia. Por desgracia, sí está por ver cómo se traduce eso en el debate político. Ayer mismo, Carlos Martínez-Gorriarán, en Tercera de ABC, afirmaba que la reaparición de ETA no puede ser capitalizada ni por tirios ni por troyanos. Entiéndase –y he aquí lo lamentable- no porque no lo intenten, sino porque no pueden. Porque ambos han cometido errores que conducen los respectivos discursos políticos a callejones sin salida. Pero está por ver cuál puede ser la reacción de la opinión pública ante una nueva etapa de sufrimiento.
Menos asco, desde luego, da hablar sobre el segundo asunto: el Tribunal Constitucional y sus sentencias sobre el Estatuto Catalán (digo sentencias, en plural, porque la pasmosa decisión de no acumular recursos habrá de implicar más de una). El Gobierno necesita una sentencia con la que pueda vivir políticamente... y, con toda probabilidad, la tendrá. Personalmente, apuesto a que el TC despachará el asunto con una sentencia interpretativa –que, quizá, dado el estado en que salió de las Cortes el texto, sea lo que proceda en Derecho-. A efectos políticos, esto quiere decir una sentencia dura en el fondo, pero suave en la forma. Para domeñar el Estatuto, no se precisan tanto declaraciones grandilocuentes como fórmulas prácticas.
El escenario ideal para el Gobierno –en rigor, para ambos gobiernos, el de Madrid y el de Barcelona-, de hecho, es ése, el de una sentencia que, sin afirmaciones rotundas, rebaje, en la práctica, el tremendo potencial disruptivo que caracteriza a ese estatuto (este tema también nos llevaría a otro debate, así que dejémoslo ahí, por hoy). Ya digo que es el escenario más probable, a mi juicio, pero también aquí habrá que esperar.
La consigna, no obstante, parece clara: hacer como que se hace. Dar por hecho que se va a ganar y, por tanto, ir presentando proyectos como si el Zapaterato fuese a durar mil años.
¿Y el PP? Las encuestas dicen que a la par. Pero, al menos, a mí me da la sensación de que afronta el último acto en situación de debilidad. Y no sólo por la inestimable colaboración de ese repelente niño Vicente de la política que atiende por Alberto y algunos otros. Desconozco qué reflexiones habrán ocupado la cabeza de Rajoy en las semanas de descanso estival, pero, inteligente como es, debería estar preocupado –aunque, a veces, da también la sensación de que, como en un “pase de mí este cáliz” lo que desea es que el baile acabe cuanto antes.
Por mucho que una derrota electoral sea siempre traumática, en especial cuando sobreviene estando en el poder, y dé lugar a una muy explicable pájara, no se alcanza a comprender cómo un gobierno menesteroso, intelectualmente nulo, al que es imposible adivinar ninguna línea coherente de política y cuyas principales iniciativas fracasan de modo rotundo, consigue aguantar tan bien el tipo.
Pero lo cierto es que hoy, de nuevo, el escenario probable es que, sin demasiado confort, eso es verdad, José Luis repita magistratura. Lo que debe esperar de la coda de esta legislatura esperpéntica es, por tanto, y sencillamente, que las cosas no empeoren. Nos quedan, es verdad, los “meses basura”; pero se trata de unos meses fundamentales, básicos para apuntalar una calma de tente mientras cobro. Y lo que tenga que reventar, que lo haga el próximo verano.
7 Comments:
Hombre, parece evidente que Rajoy es el mejor colaborador de Zapatero. Por supuesto que perderá las elecciones. pero esto no es lo peor, lo peor es que no solo las perderá sino que se quedará cuatro años más de líder de la oposición, como Fraga, porque no dimitirá
Rajoy es la mayor desgracia de la democracia española, mucho peor que Zapatero.
By Anónimo, at 4:36 p. m.
"Hombre, parece evidente que Rajoy es el mejor colaborador de Zapatero"
La mejor colaboración es asumir las tesis del contrario, o sea, lo que dices.
By Anónimo, at 8:31 p. m.
"Rajoy es la mayor desgracia de la democracia española, mucho peor que Zapatero."
X-DDDDD
By Anónimo, at 8:32 p. m.
Las sentencias no saldrán antes de las Generales, creo.
Un placer leerle de nuevo.
Saludos
PD: ¿Por qué "el Esdrújulo"?
By Fritz, at 1:10 a. m.
Amigo Fritz
Mucho gusto volver a encontrarle en esta su casa...
Puede que tenga Ud. razón y las sentencias no salgan antes de las generales -dando por hecho, claro, que las generales sean al borde de la primavera-, pero en buena lógica deberían estar a lo largo del otoño (en realidad, ya deberían haberse dictado).
En cuanto a lo de "el Esdrújulo", preste Ud. atención a la prosodia presidencial, ¿no nota -aparte de una querencia por la sonoridad de los polisílabos- una cierta tendencia a desplazar el acento?...
Saludos
Fernando
By FMH, at 9:28 a. m.
Gracias por la bienvenida.
Pues no sé, creía que las sentencias tendrían que salir, de hecho, dentro de algunos meses. A la espera estaremos, pues.
Sobre lo de "Esdrújulo" no me he fijado la verdad, pero eso tiene fácil solución, todos los días sale en la tela a hablar (en sentido estricto, no a hablar de).
Saludos
By Fritz, at 5:43 a. m.
2004. CÁRCEL DE CAN BRIANS
o la Gran Corrupción a nivel cutre…pero peligrosísima…
Por Rafael del Barco Carreras
El remate de mi condena por las letras a los bancos entre 1983-86.
Me inicio en el Módulo UNO. De entrada todo tipo de trapicheo con drogas y pastillas, y de gran financiero, repitiendo fórmulas de La Modelo, el del economato, de empresa concesionaria, prestando un paquete de tabaco por dos y garantía la tarjeta de compra retenida. Los funcionarios lo saben, pero unos cuantos almuerzan gratis, y el empleado externo del economato se forra con la heroína y las pastillas, hasta que una familia les denuncia agobiada por la presión en el pago.
La gran broma, que los mismos funcionarios que almorzaban gratis se rompían las vestiduras porque un preso por “estafa”, yo, impartiera “clases” de “economía”, y a menudo se negaran a abrirle la puerta de la celda para acudir a la “charla”.
¡Anécdotas!. Lo importante son las CONCESIONES, y no solo al “caso especial” Javier de la Rosa, concediéndole terceros grados uno tras otro, denegándolos el juez de vigilancia penitenciaria, hasta refrendarlo por “arrepentimiento”. Al “caso especial” se unen otros “más especiales”, muy especiales, gente de CIU, o amigos de gente de CIU, o pagando, de lo contrario es incomprensible, sale de permiso diario, una concesión legal del Director, revalidada por la Dirección General, porque los jueces le niegan la sección abierta, y las horas para entierros, salidas al hospital, etc., se convierten en un gracioso “ir y venir”. O permisos y “salidas programadas” con complicadas condenas, que no regresarán. Y ¡no paran!, en el 2006 repiten cuento con Piqué Vidal. Da igual que gobiernen los de CIU o los del PSC- PSOE.
A diferencia de las 600.000 pesetas de tarifa por un tercer grado en los años 80, ahora con la burocracia y cientos de “técnicos” el precio se multiplica. Un abogado especialista en Penitenciario, caso Pilar Pato, por los 80, jefe y único “técnico” del Departamento Técnico de La Modelo, de la que yo fui “ordenanza”, cobra de “entrada” en 2004 dos millones de pesetas…sin garantías, por si se opone la Fiscalía, que en el 86 la acusó por sus “trapicheos” en La Modelo, perdiendo en la Audiencia (se expulsó a un médico). Nunca entendí su enfado al equivocarme en una antefirma, “El Letrado Jefe” o “El Abogado Jefe”… tiene su matiz, pero además, entonces, ni siquiera era abogado.
Pero hay mucho más. Cursos de informática, ofimática, que paga Bruselas donde de los veinte asistentes, en realidad tres, incluido yo, nutridos con analfabetos en castellano y mucho más en catalán…que firman asistencias…
El CIRE, trabajos penitenciarios, desde que se constituyó después del traspaso de las competencias carcelarias a la Generalitat las ganancias a los presos han disminuido tanto que alcanzar para el tabaco ya es un milagro. Y como el NUEVO CODIGO ha suprimido la redención por trabajo, los “técnicos” han ideado un sutil sistema para obligar (cargándose el gran logro progresista de la abolición de los “trabajos forzados”) bajo pena de no progresar hacía las ARBITRARIAS concesiones de permisos y tercer grado. Un proceso que PUDRE EL ALMA, almacenando más locura y agresividad, y ¡así salen!. ARBITRARIEDAD igual a CORRUPCIÓN, y si los “técnicos”, juristas, sicólogos, educadores, asistentes sociales, psiquiatras o médicos, deben firmar porque de lo contrario no se les renuevan los contratos, se entienden los extraños expedientes de permisos y grados. Y a la par de concesiones, toda clase de problemas para la mayoría de los presos, elevando el “valor del proceso”, y así…yo salgo NUEVE días después del CUMPLIMIENTO TOTAL DE CONDENA…y encima se imprime en el formulario la fecha de cumplimiento y la de SALIDA, y el mismo juez de Vigilancia Penitenciaria que firmara el “arrepentimiento” de De la Rosa…está ausente cuando mi mujer y mi abogado reclaman con insistencia mi legal libertad.
Generalitat de Cataluña. Departamento de Justicia…Certificado de libertad definitiva…Fecha de licenciamiento definitivo 19/10/2004…FECHA DE SALIDA AL PIE DEL CERTIFICADO, 28 de octubre de 2004. Juez de vigilancia penitenciaria DON LUIS ALBIÑANA OLMOS. ¡De viaje!.
Y lo denuncio en mis artículos en EL TRIANGLE y me cortan los artículos… y ahora en Internet, hasta que me corten la LUZ, que en Cataluña ¡todo puede suceder!.
Ver autos y sentencias en www.lagrancorrupcion.com
By Anónimo, at 10:21 a. m.
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