FERBLOG

domingo, junio 18, 2006

UN RAYO DE ESPERANZA

Ya dije ayer que, con toda probabilidad, hoy va a ser una jornada funesta para los liberales españoles, por españoles y por liberales. Bien es verdad que no es la primera y temo que tampoco será la última. Por eso no me apetece insistir sobre el asunto. Repaso, pues, la semana, en busca de alguna buena noticia que glosar.

Y la encuentro.

La Comunidad de Madrid ha publicado el resultado de la evaluación que, por segundo año consecutivo, ha efectuado a los alumnos de 6º de Primaria de todos los colegios de la región. Recordarán ustedes que, ya el año pasado, la izquierda puso el grito en el cielo porque a nuestro ultrafacha gobierno se le ocurriera hacer una cosa tan primitiva, cromañónica, traumatizante y antipedagógica. Aparte, claro, de que nadie entendía cuál pudiera ser el interés de una prueba fundamentalmente encaminada a evaluar el progreso de los niños (y de las niñas, claro) en materias tan poco relevantes como las destrezas elementales de la lengua, el cálculo u otras habilidades por el estilo. Vamos, que la prueba era y es eminentemente franquista, con dictado y todo – discorde, claro, con los objetivos de las leyes de educación que, como todo el mundo sabe, siguiendo las doctrinas pedagógicas más avanzadas, no hacen de la adquisición de conocimientos el eje del sistema educativo. Pues bien:

Contra el pronóstico de los expertos, la tasa de suicidios infantiles no se ha disparado en fechas inmediatas a la prueba. Tampoco consta que los compañeros (y compañeras) se negaran, en el patio, a pasarle el balón al (a la) que salió peor parado (y parada). Sí que es cierto que, como efecto secundario, se han detectado casos de niños (y niñas) que salieron del examen contentos (y contentas) porque creían que les había salido bien. En casos extremos, casi orgullosos (y orgullosas). Nada que, con paciencia, no pueda corregirse a través de la oportuna orientación psicopedagógica y curricular. No vaya a ser que, después de todos los años de esfuerzo invertidos en lograr un sistema auténticamente democrático, algún niño (o niña), termine creyéndose algo porque sabe escribir “hebilla”, distinguir “vaca” de “baca” y otras tonterías por el estilo.

La nota media este año (un siete y pico) ha sido superior, en casi un punto, a la del año pasado. Comoquiera que no hay motivos para pensar que los criterios se hayan relajado, puede concluirse que... los chicos (y las chicas) han mejorado. La ultraderechista administración de la Comunidad Autónoma y la caverna blogosférica liberal, a buen seguro, intentarán concluir que la prueba ha contribuido en algo a semejante estado de cosas. Así pues, ya tenemos instalado, de nuevo, en nuestra región –cada vez más alejada del área de progreso que representan Castilla-La Mancha y Extremadura (Simancas dixit)- el esquema franquista: el examen es el estímulo que hace progresar a los estudiantes. Absurdo e intolerable.

Además, se constata que entre los diez colegios con mayor nota, hay de todo: públicos, privados y concertados. Y parece ser que el colegio que el año anterior quedó el último ha progresado de manera notable. De nuevo, el gobierno fascista de la Comunidad y sus corifeos tendrán la desvergüenza de concluir que la titularidad de un centro no supone, per se, una condena a la desventaja. Incluso dirán que, con esfuerzo, lo mismo puede mejorar un centro que otro.

Encima, parece ser que la Comunidad plantea la prueba no tanto como una evaluación de los alumnos sino, sobre todo, como una evaluación de los centros. Los padres conocerán (fíjate tú, ¡qué sabrán los padres de esto!) la posición relativa del centro al que va su hijo respecto a los de la misma zona –es decir, los centros que les son más accesibles- y respecto a la Comunidad entera. ¡Ahí les quería yo ver! ¡Esperanza Aguirre y su legión de ultras están introduciendo subrepticiamente la competencia entre centros e invitando a los padres a que lleven a sus hijos a aquellos que obtienen mejores calificaciones! Y encima, los centros, colaboracionistas ellos, reaccionan, en una espiral indeseable... ¡mejorando e igualando los rendimientos al alza! De seguir así, puede lograrse el horrible escenario de que esto no termine hasta que las diferencias entre centros sean inapreciables y la calidad sea homogénea del Puerto de Somosierra a Aranjuez.

Hay que dar la enhorabuena a la Comunidad de Madrid por dar este paso. Y por anunciar que aprovechará los resquicios que le deje la LOE para primar las materias troncales y generales. Quien esté en desacuerdo, siempre podrá marchar a las cercanas áreas de progreso de Castilla-La Mancha y Extremadura, pero tengo para mí que, en la eventualidad de que alcance el gobierno de la Comunidad, y salvo que el de la Nación se lo ordene, el PSM no nos incorporará de inmediato a esa área de progreso. Son demagogos, pero no tontos.

La Comunidad de Madrid es un rayo de esperanza (y no es un juego de palabras). Puesto que en el conjunto de España ya es imposible, quizá merezca la pena trabajar lo que se pueda por construir una sociedad libre en este pequeño rincón, que es zona, por el momento, desnazificada. Aun queda, no obstante, para lanzar las campanas al vuelo, pasar por otra alternancia. Es necesario que el Partido Socialista vuelva a gobernar en la Comunidad sin que ello signifique nada más que un cambio de gobierno. Está por ver. Cuando el ciclo de alternancia vuelva a completarse, el sistema estará consolidado.

Para entonces, los chicos de sexto de Primaria estarán cursando estudios universitarios. Si, año a año, se mantiene el mismo nivel de exigencia, el fracaso escolar comenzará a menguar. Entonces, cuando una generación criada en libertad, que haya conocido en su juventud gobiernos de distinto signo y haya recibido una formación digna de tal nombre llegue a la vida adulta, el proceso no tendrá vuelta atrás.

Porque serán ciudadanos libres. Y, entonces, los socialistas de todos los partidos pueden empezar a pensar en buscar, por primera vez, un empleo. En eso confiamos.