FERBLOG

sábado, octubre 01, 2005

ESTATUT: SOPORTES Y RESISTENCIAS

En el análisis técnico bursátil existe una máxima que dice que “todo soporte roto se convierte en resistencia”, es decir, que cuando un valor perfora el nivel que, hasta entonces, tenía tendencia a no romper, ese mismo nivel se convierte en un techo difícil de franquear.

Quienes piensan que la aprobación, hoy, del desdichado estatuto de Cataluña (inciso: anticipando críticas, anuncio que –por motivos profesionales, eso sí- soy uno de los pocos españoles, me temo que diputados del PSC incluidos, que se ha impuesto la tarea de leer semejante cosa, y me consuelo pensando que la inmensa mayor parte de los catalanes no son conscientes de lo que se les puede venir encima) cierra, simplemente, un paso del proceso y que todo puede volver a empezar en el Congreso de los Diputados se confunden, y gravemente.

En primer lugar porque, por el mero hecho de haber sido aprobado en términos delirantes, este estatuto supone perforar un soporte de nuestro sistema jurídico-político que, inmediatamente, será nuestra nueva resistencia. El debate se centrará, a partir de ahora, en conseguir que el engendro sea constitucional –es decir, que cumpla el mínimo de los mínimos-; demos por perdido, por tanto, el contenido elemental sobre el que debería versar una discusión racional: su adecuación o no al interés general. Ya no se va a buscar una ley buena, sino una ley válida, lo cual es aberrante.

La única posibilidad cabal de reconducir esta cuestión es, una vez más, la aplicación de la ley –algo poco compatible con el socialismo español contemporáneo, a juzgar por las manifestaciones incluso de sus juristas más ilustres-. Ese estatuto no debería ser rechazado, sino ni tan siquiera tomado en consideración. Si los partidos catalanes insisten en la reivindicación, deben proceder por el cauce adecuado, que es la propuesta de reforma de la Constitución Española – lo cual abre medios adecuados de defensa para todos los interesados en el debate. Claro que es una supina imbecilidad pensar que la facción gobernante va a otorgar ahora igualdad de armas cuando, precisamente, de lo que se trata es de provocar indefensión, porque, en caso contrario, imagino que se hubiera planteado directamente la procedente reforma constitucional.

Pero incluso en este supuesto las consecuencias no pueden dejar de ser tremendamente dañinas. Toda la agenda política catalana va a condicionarse por lo que suceda en Madrid, no tanto porque el estatuto en sí les importe, sino porque se empleará como munición para el verdadero debate de fondo, que es el de quién ostenta el poder en Barcelona, quien usufructuará ese autogobierno, alcance las cotas que alcance.

Lo que ocurre es que, pese a los teatrales aspavientos de un Bono que haría carrera en las tablas, no es probable que lo anterior suceda. La política imbécil del buen rollito exige que todo se debata, y ya se sabe que el derecho no debe ser un obstáculo para la implantación de este neototalitarismo que es el “estado guai”. Los diputados socialistas rebeldes, que los hay, por razones obvias, esperarán hasta el último momento para hacer valer sus argumentos. En estas condiciones, y jugando a profetas, ¿qué podemos esperar?

Cabe que, tras el oportuno proceso, el texto sea simplemente rechazado, es decir, que no haya estatuto al final del camino. Este es un buen resultado para los nacionalistas catalanes de todo pelaje –ERC, CiU y PSC- que podrán reiniciar, con ánimos renovados y victimismo reforzado, un debate que les puede durar años. Pero es un resultado inasumible para ZP, que habría incumplido su promesa más aireada –la más estúpida de todas- y, como dijimos en otro momento, habría perdido también el valor ejemplificador del estatuto catalán en otros foros.

El curso más probable –ojalá me equivoque- de los acontecimientos es, por tanto, que se intente, mediante enmiendas, limar el texto de sus aspectos más palmariamente inconstitucionales. Tengo para mí que encajar plenamente ese estatuto en la Constitución –hacerlo constitucional en espíritu y, sobre todo, en su integridad, que no es lo mismo que artículo por artículo- es punto menos que imposible, sencillamente porque está concebido desde la más absoluta deslealtad al proyecto colectivo o, más bien, para que ese proyecto cambie completamente de forma –y la Constitución no es más que ese proyecto hecho ley. Pero, de nuevo, en un ejercicio de derecho-ficción, supongamos que esos recortes se producen y, al final, queda algo. De nuevo, se nos abren dos posibilidades.

La primera es que los partidos catalanes no acepten el resultado y retiren el texto –y se vuelven al Principado a seguir con el baile, claro. Eso nos conduce a la situación anterior, con la importante diferencia de que el Esdrújulo salva la cara, porque el estatuto habría muerto en la mesa de operaciones en la que se le practicaba la necesaria cirugía para que se pudiera cumplir su condición –de última hora- de que fuera constitucional en la letra. Si le quedan dos dedos de frente, si es que alguna vez los tuvo, debería ser este su escenario preferido.

El peor de los escenarios posibles –para catalanes y españoles en general- es que ese bodrio cuasitotalitario salga del Congreso con los mínimos retoques imprescindibles. Entonces sólo cabrá un el recurso al TC que, con que se cumpla la letra de la Constitución, puede no prosperar –pese a que el interés general de España es un principio rector de nuestro estado, consagrado por el propio Alto Tribunal-.

Si falla ese último freno, sencillamente, usted y yo, lector –doy por hecho que la mayoría de los que me leen comparten mi triste condición de español bajo la férula socialnacionalista, aunque muchos estén contentos de ello-, viviremos en un estado diferente sin que nadie nos haya preguntado, pese a que tenemos derecho a ello. Se habrá burlado nuestra soberanía y se habrá producido una auténtica mutación constitucional.

En resumen, la operación habrá sido un éxito... para pasmo de algunos de sus promotores, claro. Y es que creo que es eso lo que nos va a salvar: que ni nuestros peores enemigos se pueden creer que seamos tan estúpidos.

3 Comments:

  • Tendrá esto algo que ver con el autentico significado de las siglas PRISA? Este no es el que nos han dicho siempre, que se traducía por Periodicos y Revistas S.A., sino, como estamos descubriendo ahora Partido Revolucionario Institucional S.A. (Todo esto quedará demostrado si algún día llegamos a descubrir de verdad quien está detrás del golpe de estado en que se convirtieron las elecciones del pasado dia 14 de marzo del 2004). Hala, un saludete y a digerir lo anterior por si hay algo de verdad en ello y no se trata solamente de una ironia.

    By Anonymous Anónimo, at 12:29 p. m.  

  • Enhorabuena, porque has dibujado perfectamente los dos escenarios posibles. No hay más salidas. A ver por donde tiran los nacionalcatalanistas, los tancredines y toda esta ralea de políticos insufribles para el españolito normal.

    By Anonymous Anónimo, at 12:41 p. m.  

  • Man there is alot of comment spam I have noticed. Is there any way to remove it from the blogs?

    By Blogger Unknown, at 12:11 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home