LA TRAMPA
Esperemos que ZP no caiga en la trampa de Batasuna. Sería un error, y un error grave. Aunque condene la violencia que, dicho sea de paso, no es ninguna heroicidad, sino el mínimo minimorum básico para relacionarse con los seres demás humanos.
En primer lugar, ¿quién es Batasuna? ¿Puede condenar la violencia y seguir hablando en nombre de ETA?
En segundo lugar, ¿por qué todo cambia cuando alguien pronuncia la palabra mágica “paz”? Ese es el momento en que la “justicia” se echa a temblar.
No seamos cretinos. Batasuna llama a la puerta del presidente porque está pasándolo mal. Porque la legislatura se acaba y, si no pueden presentarse, no hay Atutxa que te salve del paro. Y, que yo sepa, a Otegui y compañía no se les conoce oficio alguno.
¿Nos quiere devolver el presidente ZP a los tiempos en los que se nos mataba con nuestro dinero? Porque, supongo, si Batasuna condena la violencia, habrá que legalizarla de nuevo, ¿verdad? ¿Quién garantiza que los euros que deberíamos volver a darles no fluirían hacia ETA, eso sí, “condenada”?
Una buena fórmula para ir empezando sería la siguiente: que Otegui y sus secuaces condenen la violencia, solemnemente, en acto público y sin pedir nada a cambio. Pero claro, eso tiene el riesgo de que, además de en Moncloa, pueden oírte en algún lugar de Francia. Y Otegui y demás saben que eso puede ser malo para tu salud.
En primer lugar, ¿quién es Batasuna? ¿Puede condenar la violencia y seguir hablando en nombre de ETA?
En segundo lugar, ¿por qué todo cambia cuando alguien pronuncia la palabra mágica “paz”? Ese es el momento en que la “justicia” se echa a temblar.
No seamos cretinos. Batasuna llama a la puerta del presidente porque está pasándolo mal. Porque la legislatura se acaba y, si no pueden presentarse, no hay Atutxa que te salve del paro. Y, que yo sepa, a Otegui y compañía no se les conoce oficio alguno.
¿Nos quiere devolver el presidente ZP a los tiempos en los que se nos mataba con nuestro dinero? Porque, supongo, si Batasuna condena la violencia, habrá que legalizarla de nuevo, ¿verdad? ¿Quién garantiza que los euros que deberíamos volver a darles no fluirían hacia ETA, eso sí, “condenada”?
Una buena fórmula para ir empezando sería la siguiente: que Otegui y sus secuaces condenen la violencia, solemnemente, en acto público y sin pedir nada a cambio. Pero claro, eso tiene el riesgo de que, además de en Moncloa, pueden oírte en algún lugar de Francia. Y Otegui y demás saben que eso puede ser malo para tu salud.
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