FERBLOG

domingo, febrero 03, 2008

LOS 400 EUROS

Un lector me invita, con ánimo provocador, a que comente la ocurrencia de los 400 euros. Digo “con ánimo provocador” porque, a poco que se me conozca, la respuesta es de lo más previsible. ¿Sorprende a alguien que diga que cosas así me ofenden, me hacen sentirme humillado y asqueado, como liberal y como ciudadano?

En estos días, se ha invocado la figura, nada menos, de Romero Robledo, aquel ministro de gobernación tantas veces en los sucesivos gobiernos de la Restauración, cuya labor principal era la de muñidor de mayorías. Desde Madrid, Romero Robledo se encargaba de que los mecanismos caciquiles funcionaran con precisión de reloj suizo para que el sistema funcionara como debía funcionar. Hemos de recordar que el sistema de la Restauración operaba justamente al revés de cómo, se supone, opera nuestro vigente parlamentarismo: formado el Gobierno, se disolvían las Cortes y se buscaban otras afines. Romero Robledo prometía alpargatas a los que votaran por la opción correcta. De las alpargatas a los 400 euros, van los correspondientes ajustes por desarrollo e inflación.

Es sencillamente asqueroso que los partidos políticos realicen, en campaña electoral, ofertas de este tenor. Asqueroso, antiestético e indicativo de muchas cosas.

De entrada, semejante proceder delata la consideración que merecen los ciudadanos, lo futuros votantes, al político de turno. Incluso quien por costumbre hoza en su discurso, como regla, entre la sarta de banalidades y el puro insulto a la inteligencia, como es el caso del Presidente del Gobierno, deberían existir unos límites, unas barreras siquiera meramente formales. A la vista está que no. ¿A qué perder el tiempo pergeñando alambicadas fórmulas para que parezca que tenemos ideas en materia fiscal? Seamos más simples y directos: el que me vote, tendrá una paga, el que no, no. Sin duda, el Presidente se dirige a esa masa inmensa de conciudadanos que, por la razón que sea, es incapaz de romper esa ficción que supone el Estado y, por tanto, no cae en la cuenta de que la beneficencia pública sale de su propio bolsillo, o del de otros, no desde luego, de los bolsillos del político. Pero en las democracias medianamente desarrolladas existe una, llamémosle, liturgia, que impone el tratar a los ciudadanos como si fueran personas conocedoras y versadas en sus propios asuntos; no justamente al revés.

Luego está, claro, la soltura con que tirios y troyanos se manejan cuando se trata de dineros públicos. He hablado de esto ya muchas veces, y no me canso, no me cansaré nunca de recordar que eso que reparten tan alegremente –con el desdén de quien posee algo, propio y en abundancia- es el producto de mi trabajo, de su trabajo, gentil lector, del que he sido privado conforme a mecanismos coercitivos irresistibles. Lo diré de nuevo, por si no se entiende. Cada euro del que disponen estos cantamañanas es un euro que ha sido detraído del esfuerzo de los españoles. Nos pertenece a nosotros y nuestras familias. En consecuencia, y aunque sé que es clamar en el desierto, exijo el mayor de los respetos. Exijo que, cada vez que se hable de cuestiones fiscales, se haga desde el más absoluto temor reverencial y, por supuesto, que cada vez que haya de cercenarse nuestra libertad, se haga con motivos más que justificados.

En resumidas cuentas, ¿cuál puede ser mi reacción sino la indignación y la pena? Indignación ante el comportamiento de un tipo que no tiene vergüenza, que se sube a una tribuna a hablar desde la más absoluta de las ignorancias y el más terrible de los desprecios por la libertad y los derechos de los ciudadanos –presentándose, encima, como un adalid de la “nueva ciudadanía”-. Pena ante la práctica certeza de que ciertos argumentos, por banales que sean, calan entre la ciudadanía. Lástima al constatar cuántas carencias presenta, en nuestro país, el espíritu cívico. Al comprobar cuan insensible es nuestra opinión pública a tantas y tantas cosas.

No voy ya a particularizar en Zapatero o en el PSOE, porque es un mal común. Se ha dado con toda clase de gobiernos y parece que se seguirá dando. ¿Por qué parece que en España todo, o casi todo, sale gratis? La respuesta se llama, ya digo, falta de conciencia cívica. Es posible, desde luego, que tras una ocurrencia tan reveladora, que da de modo tan claro la medida de la altura intelectual del sujeto, ni uno solo de los que pensaban votar a Zapatero hayan cambiado de idea, y unos cuantos más se lancen en masa a las urnas, en pos de los 400 euros.

6 Comments:

  • He de reconocer que, con espíritu egoísta, mi petición para que escribiera sobre los 400 euros tenía mucho de provocación, pero mi única finalidad era que, con su certera pluma y conocimiento, nos sacara de la duda ante los disparates que se escuchan en cuanto a la 'progresividad' de la medida, y que, ante la insistencia de la izquierda de defender la misma, nos sumía en un mar de dudas. Gracias por su opinión.

    By Anonymous Anónimo, at 8:48 p. m.  

  • He llegado por casualidad a tu blog a través de un buscador tratando de localizar "Irene Lozano" y me he encontrado con un blog brillante. Aunque mis blogs son humorísticos e irónico-políticos te enlazaré en breve. Un saludo

    By Blogger Ful, at 7:01 a. m.  

  • Ful, muchísimas gracias, por la visita y por el futuro enlace.

    Amigo Peteneras. La cuestión de la progresividad de la paguilla extraordinaria de 400 €, en efecto, da mucho de sí. Sobre todo porque para saber si, en efecto, será o no progresiva, hace falta saber cómo demonios se llevaría a la práctica.

    A priori, una paga extra lineal para todo quisqui es "progresiva", en el sentido de que un aporte de renta igual pesa más, proporcionalmente, para quien menos tiene.

    Ahora bien, si el invento se hace efectivo a través de deducciones en cuota, el "efecto progresividad" solo comenzará a jugar entre quienes paguen, al menos, 400 de impuestos, lo cual deja fuera a muy importantes capas del país -precisamente las más desfavorecidas o con menos nivel de renta-. Por tanto, desde una perspectiva "intraimpuesto", sí podríamos estar ante una medida progresiva; pero desde una perspectiva "social", en absoluto o, cuando menos, no ante una ayuda general y que "beneficie más a los que menos tienen". "Los que menos tienen" no se beneficiarían en absoluto.

    Un saludo y gracias por las anotaciones.

    By Blogger FMH, at 9:17 a. m.  

  • Muchas gracias por la aclaración final. Aún a riesgo de ser pesado, le animo fervientemente a que siga opinando sobre la actualidad política, más ahora casi inmersos en campaña electoral, pues, al menos para mi, es una visita inexcusable diaria. Muy agradecido.

    By Anonymous Anónimo, at 11:24 a. m.  

  • Amigo Peteneras

    Muchas gracias por los ánimos. Créame que si no me prodigo más en esto es por falta de tiempo. ¡Qué más quisiera uno que tener cubiertas todas las necesidades inmediatas para poder dedicarse a sus aficiones! Pero, en fin, se hace lo que se puede...

    Gracias, de nuevo, por sus visitas y comentarios.

    By Blogger FMH, at 12:38 p. m.  

  • LOS “400 EUROS”



    Rafael del Barco Carreras



    Ante el poco carisma de los “pretendientes” se pasó a la promesa directa, material, sin embudos. De la ambigüedad de 150€ de Rajoy, a una en efectivo de 400€, cortó la puja al alza. Asegurar que algo tan poco prosaico decantó un millón de votos puede ofender a ese millón de votantes, pero si se tiene en cuenta que para varios millones, varios pueden ser cinco o seis, soñar con esa cantidad tan exigua amortiguará el diario batallar de parada en parada, de tienda en tienda, para encontrar la leche o el pollo más barato, se entiende la oferta, ¡y el voto! Los del Poder pasan a gran velocidad del catastrofismo por el precio del petróleo o las hipotecas basura, dirigido a encoger el corazón y el bolsillo de las grandes clases medias, a las promesas que ilusionen a los desilusionados, tan azotados por la vida que o no votan o les convencen por 400€.

    Un fallo imperdonable los 150€. Máxime si a los cuatro meses de la promesa nadie de los que soñaron revolviendo su monedero ante un precio de su vital subsistencia cobrará un EURO, y los beneficiados, gran clase media, que pasarán por la gasolinera una vez más, verán absorbida la devolución por toda una cascada de subidas de precios.

    TOTAL, los que “recibirán” esos 400€ ya tenían decidido a quien votar o no votar, y a los que decidió la oferta, NO RECIBIRÁN UN DURO. Y no entremos en otras promesas… para jóvenes… alquileres, plazos de hipotecas, ayudas… ¡que acudan a las ventanillas, y verán!... y para las nóminas ni “mileuristas”, y los viejos, las pensiones, retorno al catastrofismo, la CRISIS…a esperar el 2012…¿No da asco la Política a ras de suelo?.

    By Blogger Rafael del Barco Carreras, at 3:23 p. m.  

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